Prensa.- El programa de visas doradas de Portugal, que otorga permisos de residencia en la UE a aquellos que invierten al menos 500,000 euros en una propiedad, está llegando a su fin.
Aunque el gobierno portugués lo presentó originalmente como un esfuerzo por impulsar la economía, los críticos han argumentado que el programa ha facilitado el lavado de dinero y ha provocado aumentos considerables en los precios de la vivienda.
Además, según las estadísticas, el programa ha generado muy pocos empleos y ha generado ingresos principalmente para el sector inmobiliario. El cierre del programa de visas doradas también ha sido instado por la Unión Europea.
Los inversores que ya han obtenido visas doradas solo podrán renovarlas si residen permanentemente en Portugal.
Aunque algunos empresarios y promotores inmobiliarios se han opuesto al fin del programa, otros ven la necesidad de abordar las preocupaciones legítimas sobre el lavado de dinero y el aumento de los precios de la vivienda en Portugal.
La exmiembro del Parlamento Europeo, Ana Gomes, que ha sido una crítica destacada del programa de visas doradas, argumenta que el programa ha permitido que organizaciones criminales y terroristas se infiltren legalmente en la zona Schengen y que Portugal nunca investigó la fuente de los fondos de los solicitantes de la visa.
Además, se sabe que la mayoría de los inversores eran de países donde el lavado de dinero es particularmente frecuente, como China y Brasil. A pesar de la oposición de algunos, el primer ministro portugués, Antonio Costa, ha anunciado que el programa expirará el 16 de marzo.
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Si bien algunos promotores inmobiliarios han expresado su preocupación de que el fin del programa de visas doradas tendrá un impacto negativo en la economía portuguesa y su reputación como destino atractivo para la inversión extranjera, otros ven esto como una oportunidad para abordar los problemas del lavado de dinero y la especulación en el mercado inmobiliario.
La medida también puede ayudar a aliviar la presión sobre los precios de la vivienda en el país.
En general, el fin del programa de visas doradas de Portugal es un paso importante en la lucha contra el lavado de dinero y la corrupción en Europa y un recordatorio de la necesidad de equilibrar la inversión extranjera con la protección de los intereses del país receptor.